FUROR TV

(Leer la entrevista en el portal de origen)

 
ENTREVISTA EN FUROR TV, por Moriarty, marzo 2018:
 

1.- Eres capitán de fragata y crítico de cine. “Cine y Navegación. Los 7 mares en 70 películas” es, por tanto, un libro en el que se aúnan tus dos grandes amores: el mar y el cine, de modo que parecía inevitable que abordaras su escritura. ¿Lo tenías “in mente” hace tiempo?

No desde hace mucho, en concreto desde que escribí mi anterior ensayo, “El autoremake en el cine”. Aquel libro resultó muy exclusivo, solo para cinéfilos y estudiosos de un tema muy específico. Fue entonces cuando decidí que si volvía a escribir sobre cine, lo haría para un público más amplio. El tema elegido ––el marítimo––, como bien dices, era casi inevitable debido a mi profesión; además daba la posibilidad de gustar no solo a los aficionados al séptimo arte, sino a cualquier interesado en la navegación.

2.- Antes de seguir adelante…¿”el” mar o “la” mar?

La mar, siempre en femenino, al menos para nosotros los marinos. La mar pertenece a ese género. Como digo en el libro, sus encantos nos seducen y su personalidad cambiante, capaz de pasar de la mar en calma a una mar montañosa, o del color azul del cielo, al verde o al gris de la tierra, nos desconcierta, pero siempre nos atrae.

3.- El mar siempre ha ejercido una gran fascinación sobre las personas, de ahí que los productores de cine hayan aprovechado el filón, conscientes de este atractivo. Eso ha dado como resultado un enorme caudal de películas con el mar como centro o escenario de la acción. Se hacía, por tanto, necesaria una delimitación, un filtro que eliminara algunos subgéneros. ¿Qué grupos de películas marinas dejas al margen de tu estudio?

Ha sido necesario esa acotación. En el apéndice nombro más de quinientas películas y seguro que faltan otras tantas; por eso era imposible tratar todos los aspectos que definen al cine del mar: los barcos, los océanos, los marinos. El filtro que he usado es sencillo: solo se atienden las películas que se desarrollan en un barco de superficie, en la mar. Así, se dejan fuera las cintas sobre submarinos, las que tienen lugar en la costa o en islas, las que protagonizan marineros en tierra, las de la marina fluvial, las de monstruos marinos y las de buceo, las de grandes batallas, etc.

4.- Divides el libro en cinco grandes apartados: PELÍCULAS DE AVENTURAS, BÉLICAS, COMEDIAS, DRAMAS, CRIMEN Y SUSPENSE, cada uno de ellos subdividido en otros apartados. Si te parece vamos a repasar contigo algunos de estos capítulos y empezamos con las películas mitológicas, concretamente con “Ulises” de Camerini y “Jasón y los argonanutas” de Chaffey/Harryhausen dos película que se encuadran dentro de la llamado “peplum”, género iniciado por “Hércules”.  En “Ulises”, a pesar de ser una producción europea se aprecia ya una clara influencia de las producciones de Hollywood, sobre todo en el escaso rigor histórico con que los norteamericanos abordaron siempre sus grandes producciones. ¿Cuáles son en tu opinión los principales desencuentros de la película con “La Odisea” de Homero?

Es una versión muy libre del poema de Homero, debido a lo limitado del metraje y a los condicionantes que seguro impusieron los productores, Carlo Ponti y Dino de Laurentiis, en especial a lo que se refiere a la utilización de las estrellas contratadas (Kira Douglas y Silvana Mangano). Quizás las diferencias más acusadas sean las referencias a dioses romanos y no griegos, al número de embarcaciones (un total de doce galeras en el poema y solo una en la película), y a episodios suprimidos del guión como el enfrentamiento con los lestrigones, por ejemplo.

5.- “Jasón y los argonautas” fue dirigida por Don Chaffey, pero Ray Harryhausen, el gran maestro de la stop-motion, fue productor ejecutivo y encargado de efectos especiales. ¿Quién fue, en tu opinión, el verdadero “autor” de la película?

Sin duda, Harryhausen. Si nos fijamos en los créditos, ya su nombre destaca en solitario, algo poco normal en el apartado técnico. Es evidente que las secuencias importantes las fotografió él con la técnica que dominaba como nadie. Da la impresión de que Don Chaffey se limitaba a colocar la cámara en las secuencias de transición, dejando las mejores escenas, las de acción, a Harryhausen y su stop-motion.

6.- En la mayoría de tus comentarios te refieres a las naves utilizadas y a las falsificaciones que se hicieron en los distintos rodajes. En “Jasón y los argonautas” la nave “Argos” era anterior a las “trirremes” y tú apuntas a que era una pentecóntera, una galera de cincuenta remeros. Se agradece que un especialista en cuestiones marineras habla de estas cosas que, normalmente suelen pasarse por alto. ¿Has puesto especial cuidado en señalar las diferencias entre las embarcaciones reales y las utilizadas por el cine, dada tu condición de capitán de fragata, de marino profesional?

Me gusta fijarme en esos detalles por deformación profesional. A veces los anacronismos son tan claros que conviene avisar al lector; sobre todo si es un aficionado a todo lo que se refiere a los temas navales porque me pongo en su lugar y creo que lo agradecerá.

7.- “Los Vikingos” es otro de los grandes títulos de este primer capítulo. Todo en esta película es de primera magnitud: el director R. Fleischer, el reparto encabezado por Kirk Douglas y Tony Curtis, la fotografía del gran Jack Cardiff, incluso el propio argumento basado en un hecho real. ¿Corresponde a una época en la que, a pesar de todo, todavía interesaba que las  películas, incluso las dedicadas al gran público, tuvieran un mínimo de verosimilitud?

Al menos así se lo tomaron Fleischer y Douglas. Hay que pensar que la preproducción de la película duró dos largos años. En ese tiempo construyeron tres drakkars vikingos a imagen y semejanza de uno encontrado en Noruega en muy buenas condiciones debido a los rituales funerarios. Toda la trama es pura ficción, pero se encuentra inspirada en hechos reales acaecidos en el siglo IX. No sé si el público de la época era consciente de ello, pero los guiones basados en historias que sucedieron en la realidad al final se vuelven más compactos, con menos lagunas, más verosímiles.

8.- En esta misma línea está el cine de piratas de la MGM o de la Warner: respeto a la base literaria (Stevenson, Sabatini etc.) y cierto rigor histórico en cuanto al perfil de los personajes y los hechos. “La isla del tesoro”, “El capitán Blood”, “El halcón del mar”, “El Cisne negro”….todas las películas de este género vinculadas al cine de aventuras en la mar son el punto de partida del amor por cine de toda una generación. Y todas ellas contrastan con las producciones de hoy, concretamente con la saga de “Piratas del Caribe”. ¿A qué atribuyes el gran éxito comercial de las películas de Jerry Bruckheimer carentes del mínimo rigor?

Es cierto que las películas clásicas que has nombrado tenían cierta solidez literaria y eso hacía que los personajes, las películas, las tramas, transcendieran más allá del simple estreno. Lo de “Piratas del Caribe” ha sido otra cosa. Son fuegos artificiales creados a partir de una atracción de feria. Con esa “base” es normal que la película se parezca más a una montaña rusa que a una película de piratas, género que por cierto casi había desaparecido debido a parodias del estilo de “Piratas” o “La isla de las cabezas cortadas”. Bruckheimer, el “mago” de la televisión sabía que debía continuar con la parodia, pero enriquecerla con un reparto estelar de moda (actores que triunfaban en “El señor de los anillos” y en las cintas de Tim Burton), con una promoción gigantesca y con una trama donde se mezclan elementos comerciales que triunfaban en la época (muertos vivientes). De esta forma el éxito era casi seguro.

9.- El subgénero de motines y, concretamente los tres libros: “El motín de la Bounty”, “Hombres contra el mar” y “La isla de Pitcairn” de Nordhoff y Hall, se encuentran entre mis favoritos (y pido disculpas por el apunte personal) En tu análisis de las distintas versiones de esta trilogía te refieres a los motines reales que tuvieron lugar a finales del siglo XVIII. ¿Cuáles fueron las causas de estos motines? Parece que había causas más profundas que el carácter autoritario y despótico de algunos capitanes…

Fíjate que hablamos de una época en la que el mundo se tambaleaba, se daba la vuelta, debido a las revoluciones (en especial a la revolución francesa de 1789). Los obreros, la gente del campo, en general la clase trabajadora, luchaba por mejorar sus condiciones de trabajo. Los marineros no eran ajenos a lo que ocurría a su alrededor y también exigieron subidas salariales y que se les reconocieran ciertos derechos. El caldo de cultivo para las rebeliones estaba servido, con el agravante de lo excesivamente duro que era el régimen disciplinario a bordo de los buques de su majestad.

 10.- ¿Qué tipo de barcos se utilizaron para construir la “Bounty” y el “Pandora”?

Es muy normal en el cine marítimo construir barcos aparejados en cruz a partir de naves con velas de cuchillo, ya que los primeros no abundan precisamente. En concreto, para los dos barcos de “Rebelión a bordo” se utilizaron sendas goletas a las que les cambiaron la arboladura. En otras películas que se comentan en el libro, ocurrió lo mismo. A veces esos “cambios” de la estructura no dieron buenos resultados. Por ejemplo en “Moby Dick”, John Huston se quejaba de lo mal que funcionó la nueva configuración de palos y velas, de hecho el barco se desarboló hasta en tres ocasiones.

11.-. La odisea narrada en “Hombres contra el mar” demostró que el capitán Bligh era un magnífico navegante: 4.000 millas en un bote de remos. ¿Cuál fue la versión del propio capitán sobre la rebelión?

Según las anotaciones de Bligh, la rebelión fue debida a que Fletcher Christian y el resto de amotinados se relajaron en exceso durante su estancia en Tahiti, de hecho, Christian se casó con una nativa. Cuando llegó la hora de partir, muchos se resistieron a continuar el viaje. Bajo el punto de vista de Bligh, su comportamiento fue siempre correcto y no fue el desencadenante de la rebelión. Sin embargo, en otros destinos (cuando estuvo en Nueva Gales del Sur, por ejemplo), de nuevo tuvo que sufrir un motín. Alguna responsabilidad parece que debía tener Bligh si casi siempre se le amotinaban sus subordinados.

12.- Coincido en que la versión de “La isla del tesoro” de 1935 es la mejor y no solo por la presencia de Charles Laugthon, sino porque su director Frank Lloyd ya había demostrado su talento para dirigir películas navales y aquí se sintió especialmente cómodo. Pero rodar con Laugthon siempre ponía contra las cuerdas a todo el equipo. Recordemos la frase de Hitchcock: “Nunca hay que rodar ni con niños ni con perros ni con Charles Laugthon”, o la inacabada “Yo, Claudio” de Sternberg. Leer hoy “Juerga en una lavandería china” de este director demuestra hasta qué punto Laugthon fue responsable de que la película nunca llegara a terminarse. Otro actor insoportable durante los rodajes y más próximo a nuestro tiempo fue Klaus Kinski, aunque su talento no igualaba al del actor inglés, ¿no te parece?

Laughton era un monstruo de la actuación. Conflictivo en los rodajes, pero efectivo porque se metía en la piel del personaje hasta identificarse con él. Es como lo que sucedía con Marilyn Monroe: a los directores les compensaba las dificultades en las filmaciones porque el resultado final era espectacular. Recuerdo una anécdota que leí en algún sitio cuando Laughton interpretó al Jorobado de Notre Dame. La famosa secuencia de las campanadas la rodaron justo el día en el que comenzó la Segunda Guerra Mundial. Al parecer el actor se extralimitó en la fuerza y la contundencia de la secuencia cuando se monta en la campana para hacerla sonar;  se nota en la película que estaba afectado por la noticia igual que el resto del equipo. En “Rebelión a bordo”, también hago mención a otra anécdota famosa del actor cuando llega a tierra en el pequeño bote y grita “Hemos vencido al mar”; por lo visto nadie del equipo de filmación pudo aguantar las lágrimas de emoción.

13.- ¿Qué relación puede existir entre una película de barcos (sinónimo de gran superproducción), como “La fragata infernal” y otro tipo de películas de bajo presupuesto como son todas las del “free cinema” inglés?

Hay muchos elementos en común que hacen que “La fragata infernal” se pueda considerar perteneciente a las nuevas olas del cine europeo: el protagonista no es un gran caudillo, un líder o un famoso pirata, es simplemente un marinero, un trabajador de la calle, un hombre normal con el que el espectador se puede identificar. Por otro lado, la trama se encuentra muy en la línea de las denuncias de los directores y escritores del llamado grupo de “jóvenes airados” del free cinema. La denuncia de la sinrazón de la guerra de una generación que ha sufrido el conflicto en sus carnes se ve con claridad en la película cuando culpan a un inocente y lo condenan a muerte solo porque conviene para los fines bélicos.

14.- “El hidalgo de los mares” llevaba a la pantalla tres novelas de la saga de Hornblower escrita por C.S Forester y fue dirigida por un genial Raoul Walsh. Personalmente la tengo en alta consideración porque junto a “El cisne negro”, “El mundo en sus manos” o “El temible burlón” forman un grupo de películas de aventuras que pusieron color y aventura al mundo gris de la posguerra española. Sin embargo tú pones en evidencia la desigualdad del guion al comprimir su autor tres libros en una sola película. ¿Crees que también resultaba inverosímil la historia de amor entre Gregory Peck y Virginia Mayo?

La película es una maravilla, pero en mi opinión decae a la mitad por culpa de la adaptación; algo que no sucede con “Master and Commander”, por ejemplo, que también adaptaba varios libros. Con respecto a la protagonista, al parecer en el guión original, en opinión de Gregory Peck, Virginia Mayo se comportaba de forma más sensual que en el libro (Peck era un entusiasta de Forester), de ahí que los guionistas reescribieran el libreto para, según ellos, el amor fuera “más capitán Hornblower y menos capitán Blood”.

15.-. Mucho más próxima en el tiempo es “Master and Commander” de Peter Weir. Junto con “Piratas del Caribe” significa un “revival” del género a primeros del siglo XXI. Aquí es Patrick O, Brien quien suministra la base literaria. ¿Peter Weir nos hace olvidar a Walsh, Siodmak y otros en la misma medida que O, Brian hace lo propio con Sabatini o C.S. Forester?

Se puede decir que sí. Yo he leído a Patrick O’Brien y lo que Weir hizo con la adaptación de las novelas fue espectacular. Si lees a O’Brien te imaginas lo que sucede a bordo de la fragata “Surprise” y eso es exactamente lo que luego ves en la gran pantalla.

16.- También señalas que, a pesar de los avances técnicos, Peter Weir solo empleó un barco digitalizado.

Otro mérito para una de las mejores películas marítimas que nunca se han realizado. El único barco digitalizado fue la fragata pesada “Acheron”. El resto eran navíos como el “Endeavour”, que Weir aprovechó que estaba circunnavegando el globo para destacar una unidad a bordo y hacer unas preciosas tomas que luego utilizó en la película.

17.- Un lugar destacado en tu libro es el reservado a los grandes clásicos de la literatura del mar: London. Melville, Conrad, Kipling…¿Estuvo el cine a la altura de los grandes textos clásicos de las aventuras marítimas?

Para mi gusto este es el epígrafe más interesante del capítulo de Aventuras. Creo que adaptar a los clásicos siempre es un reto. Es difícil llevar a la gran pantalla obras tan densas, complejas  y filosóficas como se ha demostrado en las fallidas “El hombre y el mar”, donde una voice over se limitaba a leer frases enteras del libro o “Martin Eden”, por poner solo dos ejemplos. Aun así, directores como Huston o Fleming dieron su toque personal para realizar obras maestras que han quedado para el recuerdo de los cinéfilos de todos los tiempos.

18.- Coincido plenamente en la consideración de “El mundo en sus manos”, como una de las grandes películas del género. ¿Qué la hace tan especial en tu opinión?

Lo que destaca de esta maravillosa película es la relación entre el “Hombre de Boston” y su querida goleta “La peregrina de Salem”. Barco que está a punto de perder en la famosa regata contra la “Santa Isabel” del “Portugués”. Es una historia de amor entre el capitán y su barco que se desarrolla en paralelo a la otra historia de amor entre Ann Blyth y Gregory Peck. Creo que la primera supera a la segunda con escenas como aquella en la que Peck le promete a su goleta que cuando acabe la aventura regresarán a puerto: “nos iremos a casa a descansar, nos iremos a Salem”.

19.- Pasamos a una de las grandes novelas del mar, “Moby Dick”. “Call me Ishmael” (Llamadme Ishmael o mi nombre es Ishmael, se hizo tan famosa como “Anoche soñé que volvía a Manderley” de “Rebeca”. Posiblemente sea “Moby Dick” de Melville el texto literario más brillante sobre aventuras marinas (junto con las obras de Conrad). Aquí en el guion entró Ray Bradbury, uno de los grandes autores de la SF de todos los tiempos. ¿Ves en la novela de Melville algo muy parecido a las grandes tragedias shakespearianas? También hay muchas referencias bíblicas…

Las dos son referencias constantes en las novelas de Melville; ya se vio también en “La fragata infernal”, otra adaptación de Melville, con el enfrentamiento entre el bien y el mal, y la evidente metáfora de la pasión de Cristo en la persona de Billy Budd. El guionista de Moby Dick, Ray Bradbury, reconoció que tanto Melville como él tenían las mismas raices: Shakespeare y la Biblia. Toda la novela es una bella y trágica metáfora, desde el principio al fin.

20.- ¿Cómo salió John Huston de su aventura melvilliana? Su padre Walter Huston y el mismísimo Orson Welles fueron sus prioridades pero, al final, tuvo que ceder a los deseos de la Warner y aceptar a Gregory Peck. En el caso de Gregory Peck creo que su principal característica como actor es su gran simpatía, el unánime reconocimiento del actor como “una buena persona”. Precisamente por ello se le ve muy preocupado en componer un gesto adusto a la hora de encarnar al amargado y vengativo capitán Ahab.

Todo ese asunto de la prioridad de Huston sobre su padre a la hora de darle el papel principal, al final repercutió en la amistad entre el director y Gregory Peck. Durante la filmación se llevaron bien, pero después del estreno, la estrella se enteró que Huston nunca había querido que hiciera de Ahab. Creo que no se lo perdonó y dejó de hablarle. A toro pasado, Huston reconoció que al final Peck había hecho un buen trabajo que sería reconocido años después. Creo que tenía razón, claro que parte del mérito fue del propio John Huston con esas angulaciones de cámara y exagerados contrapicados que elevan la figura del actor por encima de los demás y le dan ese carácter endemoniado que a lo mejor le faltaba al “bueno” de Gregory Peck.

21.- Tampoco me parece muy acertada la elección de Richard Basheart. Todo el mundo le llama “chico”, “muchacho” etc. cuando se  ve claramente que ya ha pasado de los cuarenta.

Es claramente uno de los fallos de la película.

22.- Solo haces dos excepciones con el cine mudo: con “El acorazado Potemkin” y con “El navegante” de Buster Keaton, dos obras maestras. ¿Existen otros motivos?

En un principio no iba a incluir ninguna película muda, ¿pero quién se puede resistir a esos dos monumentos que el cine se ha hecho a sí mismo? Son, efectivamente, dos obras maestras. La primera aún algunos la consideran la mejor película jamás realizada; la segunda, en opinión de Keaton, era su cinta más conseguida; y eso es decir mucho.

23.- En tu capítulo titulado “Ha estallado la guerra” te ocupas de películas rodadas durante la guerra o en la inmediata posguerra. En este apartado incluyes la única película española del libro: “Mare nostrum” de Rafael Gil basada en una novela de Vicente Blasco Ibáñez. Su director me dijo en una entrevista, hace años, que se hizo para lucimiento de la gran estrella mexicana María Félix y que se trasladó la acción de la I a la II Guerra mundial. En la película se notó la existencia de la caprichosa censura franquista. ¿No crees que los censores se fijaron más en el posible adulterio que en el hecho de adaptar la obra de un escritor republicano y decididamente antimonárquico?

Para mí eso es lo más curioso de la cinta. Mira que Blasco Ibáñez fue crítico con la dictadura de Primo de Rivera y era republicano convencido, pues no parece que eso influyera demasiado a la hora de que Cesareo González y Suevia Films, tan cercanos al régimen, se decidieran adaptar la novela. Claro que dejar que la relación entre Fernando Rey y María Félix fuera adúltera ya era demasiado. La película tiene algunos detalles de muy buena factura a pesar de la grandilocuencia de los diálogos; y me parece una muy digna representante de nuestro cine marítimo en el libro.

24.- Además de otros importantes títulos como “Hombres intrépidos” de John Ford, fijas mucho tu atención en una película, “Sangre, sudor y lágrimas” De Noel Coward y David Lean. ¿Es una de las que mejor reflejan el espíritu de tu libro?

Es una de las grandes, si tuviera que elegir diez, creo que estaría en esa lista. Fue muy importante en su día, la de mayor éxito durante la guerra en el Reino Unido, y de obligada visión para los que se alistaban en la Royal Navy. Es la historia de un barco (así lo dice el narrador al comienzo de la cinta) desde que se construye en el astillero hasta que es hundido por el enemigo, por eso refleja muy bien lo que se pretende con el libro: el protagonismo de los barcos y de la gente que navega en ellos.

25.- Vamos con la comedia donde sobresalen “Las tres noches de Eva” del gran Preston Sturges y “Los caballeros las prefieren rubias”, con la inolvidable pareja Marilyn Monroe-Jane Russell. Hoy es una película que se adelanta a su tiempo gracias a la consideración en que H. Hawks tenía a las mujeres y que trasladaba a sus personajes femeninos…¿Marilyn o Jane, cuál de las dos?

Las dos. Y no es que sea una respuesta de compromiso, es que son las dos caras de la mujer según la entendía Howard Hawks en sus películas: por un lado caótica, capaz de volver loco al hombre; por el otro, inteligente que sabe muy bien lo que quiere, pero siempre sensual y atractiva, que domina y maneja a la perfección sus armas de mujer para hacer caer a los hombres en sus redes.

26.- ¿Es “La bella Maggie” la gran aportación de los estudios Ealing al cine del mar? Esta película está filmada por Alexander Mackendrick, uno de los grandes de la factoría inglesa que hizo posible títulos como “El hombre del traje blanco” o “El quinteto de la muerte”…

Puede ser, me gusta más “Whisky a gogó”, también de Mackendrick, una película que se puede considerar también como perteneciente al cine del mar al desarrollarse en la costa, con presencia muy activa de la mar en la cinta. Lo que pasa es que al no transcurrir la acción a bordo de un barco la tuve que desechar, aunque se habla bastante de ella en el libro. No obstante, “La bella Maggie” es un largometraje estupendo que nos habla del carácter del escocés y lo contrapone con el del estadounidense, tan diferente, al que el director critica sin compasión. 

27.- Otro inolvidable recuerdo de nuestra infancia, es la famosa tortura de la “bota malaya” en “Mares de China” de Tay Garnett. Aquí estamos ya en el capítulo dedicado al Drama. Su director, Tay Garnett era un gran aficionado al mar, ¿no es así?

Sí que lo era, desde pequeño, además participó en la Primera Guerra Mundial como piloto naval y su carrera habría transcurrido en la Marina si no se lo hubiese impedido un accidente. De ahí que cambiara de profesión para dedicarse a escribir historias y a dirigirlas. Tenía un yate con el que dio la vuelta al mundo mientras rodaba material para sus películas. Debe ser uno de los directores que más cine del mar realizó.

28.- No podía faltar en tu libro las películas de catástrofes  marinas, encabezada por la colosal “Titanic” de James Cameron que revive, una vez más, el naufragio más famoso de la historia. ¿Qué opinión te merece la película de James Cameron?

No es la versión que más me gusta. Mi preferida sigue siendo la de Roy Baker de 1958. Una cinta que recoge las acciones del “Carpathia” y el “Californian” y aunque se desarrolla en varios hilos dramáticos, cede la importancia a la subtrama de la dotación del barco, en concreto al punto de vista del segundo oficial interpretado por Kenneth More. La película de Cameron es más simple: como dice el propio cineasta, “se trata de Romeo y Julieta en el Titanic”, así se la presentó a los productores para conseguir la financiación. Los efectos son muy buenos, pero fallan en algunas escenas de forma clamorosa cuando se ve al barco navegando desde un plano cenital. Lo mejor son las tomas submarinas, donde Cameron se mueve, nunca mejor dicho, como pez en el agua desde que dirigiese “Abyss”, quizás su mejor película en mi opinión.

29.- Tras dedicar tu atención a las películas que se centran en la navegación a vela, también dedicas un espacio al “noir” marino. La oscura “Estambul”, (negra en todos los sentidos) combina el cine negro con las películas de espías y “La dama de Shanghai” es otro de los grandes títulos de la serie. En ambas, la presencia de Orson Welles. Por lo que respecta a la primera llama la atención lo de la dirección compartida con Norman Foster, algo parecido a lo que sucedió con “El tercer hombre”, con Carol Reed, cuando ésta tiene el sello inconfundible de Welles, sobre todo en la secuencia final.

La verdad es que el propio Welles siempre reconoció a Carol Reed como el único director de “El tercer hombre”, de hecho si se repasa la filmografía del director británico se ve cómo es su estilo, y casi hay que darle la razón a Welles. El caso de Norman Foster es diferente. También Welles dijo que la autoría había que otorgársela a Foster, pero lo decía con la boca chica. En el libro se pueden leer unas declaraciones de Welles donde dice lo que él (Welles) hacía en el plató y la verdad es que era casi todo. Además Welles era el productor, el coguionista, es decir el alma de la película, cosa que no ocurrió en “El tercer hombre” donde se supone, aunque no se sabe con certeza, que influyó o escribió alguna secuencia en la que participaba como actor (el tiempo total en el que sale en escena es de apenas cinco minutos).

30.- No podía faltar una película de Alfred Hitchcock en este repaso al cine del mar.  “Naúfragos” se nos hace claustrofóbica a pesar de estar rodada en un bote salvavidas a merced de las olas. En tu comentario resaltas cómo la película fue, ante todo, un filme de propaganda en tiempos de guerra. El propio director confesaría a Truffaut que su técnica de PP y PM era una especie de anticipación del lenguaje televisivo. Pero la película, contra lo que era tradicional en el cine del mago del suspense fue un fracaso de crítica y público. ¿Por qué causas?

Por algo tan increíble como que los espectadores pensaron que Hitchcock alababa la capacidad de liderazgo de los alemanes y los presentaba como una raza superior en la película. Creo que no entendieron nada.

31.- Hay muchos otros títulos destacables. “El cuchillo en el agua”, “Calma total”, “Capitán Phillips”, pero queremos acabar, como tu libro, con “Niebla” del surcoreano Sung-bo Shim ya que aborda uno de los temas de más candente actualidad: el drama de las crisis migratorias y de los miles de muertes que ha causado entre los inmigrantes. “Niebla” revive la historia  del pesquero “Taechangho” en la “opera prima” de Sung-bo Shim representante cualificado del “hallyu”, la nueva ola del excelente cine surcoreano. ¿Hacen lo suficiente los países ricos para solucionar el problema de los migrantes y de las mafias o se trata de un problema de muy difícil solución?

En mi opinión se hace muy poco y mal. Creo que el problema está en el origen, en los países y los gobernantes que ven como sus súbditos prefieren morir en la mar que quedarse a vivir en su nación. ¿Qué clase de dirigentes tienen esos países que asisten a esa tragedia sin inmutarse? Luego por supuesto está la impunidad de las mafias que trafican con las desgracias ajenas, delincuentes que también se encuentran en los países emisores. Las naciones occidentales hacen bien en preocuparse en recibir a los inmigrantes e intentar atenderlos lo mejor posible, pero deberían gastar más energías en intentar solucionar el problema en el origen.

32.- Como decía Ishmael al comienzo de Moby Dick, ¿“todos los caminos llevan al mar?

Claro que sí. Con este libro he intentado demostrarlo, no sé si lo he conseguido. Al comienzo del ensayo, en la introducción, hago mención a la importancia que los mares han ejercido sobre el hombre. Mirando al mar, los pueblos han progresado; los que han dominado el mar, han obtenido la superioridad en tierra, eso es un hecho.

Muchas gracias, Fernando.

Gracias a ti, un placer.